miércoles, 18 de enero de 2012

Imaginando, imaginando, ya estoy creando

Creación en verso


Mi amiga ana
Siempre andaba enamorada
De un caballero
Que era un  herrero

Mi amiga Julita
Está un poco loquita
Y siempre vestía
Con unas trencitas

A mí me gusta Ramón
Que tiene el pelo marrón
Y si no me hace caso
Le pego un coscorrón



Creación en prosa


Lucía y su familia vivían en un pequeño pueblo, y ella se pasaba los días jugando sin parar al aire libre con los demás niños. De repente un día llegó el padre del trabajo muy contento, tenía que darles a su esposa y a su hija una gran noticia.

-         ¡Me han ascendido! El inconveniente es que tenemos que mudarnos a otra ciudad.

Lucía pensó que su padre estaba loco, ¿como podía estar contento si se tenían que ir del pueblo y dejar atrás todos los amigos y las cosas que tenían allí?

Después de una larga riña y lloros, su madre le dijo:

- Cielo, no hay elección. Tendrás que acostumbrarte.

Llegó el día de la despedida y de la llegada a la nueva casa.


Lucía era una niña muy guapa, que ahora vivía en un barrio residencial muy especial. Ella vivía en un chalet muy grande y muy elegante.

En el barrio vivía gente apoderada con lujosos coches y todos vestían con traje. Sin embargo no había muchos niños en el vecindario con los que pudiese jugar.

Así que su madre pensó que hasta que fuera época de empezar el colegio tendría que entretenerla con algo.


Desde que era pequeña siempre le habían fascinado las plantas, así que ella se encargó de cuidar el jardín. Lo que más le gustaba eran las plantas trepadoras que había alrededor de la casa. Pronto su jardín se convirtió en el orgullo del barrio.

Después de muchos días empezó el colegio, y Lucía hizo muchos amigos. Después de terminar las clases merendaban todos juntos en casa de alguno.  

Finalmente ya no le parecía tan mal el barrio, es más le estaba empezando a gustar. Y pasaron los años y ella seguía muy feliz allí.


Creación dramática

(Verano,  Hugo y Agustín intentan dormir la siesta)

Hugo: No puedo dormir.

Agustín: Yo tampoco, es que hace mucho calor.

Hugo: ¿Crees que será muy pronto para ir a la piscina?

Agustín: Pues no lo sé.

(Ambos se levantan de la cama y se dirigen al jardín. Allí hay una valla muy alta)

Agustín: Cógeme para poder mirar si hay gente en la piscina.

Hugo: Vale.

Hugo: ¿Ves algo?

Agustín: No, no veo nada

Hugo: Sin embargo, se escuchan muchas voces.

(Vuelven a la casa)

Agustín: Mamá, ¿podemos irnos ya a la piscina?

Hugo: Por favor mamá.

Madre: Si, pero que no se os olvide la crema para el sol.

( Cogen la crema protectora y Hugo y Agustín se van a la piscina).

1 comentario:

  1. Muy bien, aunque tienes que deshacerte de los estereotipos y los corsets lingüísticos como la rima fácil.

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